Temores
Una
tranquila tarde sentada en un andén de alguna calle de la ciudad que me vio
nacer, mientras los primeros años de mi vida iniciaban y apenas mi memoria
empieza a tener conocimientos y recuerdos, tuve la experiencia de lo que hasta
el día de hoy es uno de mis mayores temores.
Mientras
mis pequeñas manos experimentaban las texturas de aquel suelo cálido y arenoso,
un visitante que hasta el momento era desconocido para mí, se fue acercando
sigilosamente sin ningún sonido en particular, de repente y sin ningún aviso
fue subiendo por mis regordetas piernas desnudas y finalizo su viaje en mi
estomago libre de telas que cubrieran.
Después
de unos segundos en los que mis ojos y mis manos se paralizaron, se escucharon
unos gritos y unas voces que no recuerdo con claridad, simplemente quitaron de un
manotazo una pequeña tarántula que disfrutaba de la vista sobre mi pequeño
cuerpo. Esta historia no la tengo presente por completo, solo son leves
imágenes en mi cabeza y relatos de reuniones familiares, sin embargo, fue
suficiente para que mi subconsciente se sobresalte cada vez que me percato de
la presencia de una araña y aunque sea la más pequeña, logra crear una serie de
efectos fóbicos en mi ser.
He
intentado calmarme ante la presencia de estos animales, pero hay algo en mi que
no me lo permite, siguiendo el tratamiento psicológico para solventar este
miedo, debo pasar por una aproximación gradual hacia mi objetivo, primero
utilizando la imaginación, mediante una relajación guiada, cuando se haya
descongestionado la fobia en la imaginación, se pasa a la exposición en vivo,
creo que mi primer paso será imaginarme rodeada de estos pequeños hasta que
logre respirar sin dificultad.
Comentarios
Publicar un comentario